Mi infancia fue sumamente complicada, difícil y confusa. Como adulta, sé que no soy la única persona que pasó por temas dolorosos a temprana edad. Pero cuando era niña, no lo sabía. Pensaba que “había algo mal en mí”. Me culpaba por cosas que no eran mi culpa. Me responsabilizaba por cosas que no eran mi responsabilidad. Me esforzaba enormemente por hacer las cosas bien, por ser aprobada, era muy agotador. Sentía que no tenía opciones y que debía soportar lo que me sucedía. Cuando uno es niño, no tiene las herramientas que tiene como adulto.

No pude ser niña, por lo que fui niña en mi adultez. Una niña muy buena en un cuerpo adulto. Era sumamente amable, más de lo necesario (para evitar conflictos), parecía no tener voluntad propia, dependía de los demás y me era muy importante su aprobación. Tenía una autoestima nula o inexistente y muchas personas se aprovechaban de mí, porque no sabía poner límites. Sentía que “no tenía derecho a tener derechos”. Suena muy absurdo, pero era así. Me veía a mí misma como una víctima de la vida, no tenía madurez emocional y me sentía perdida.

En mis 30’s tuve un shock emocional enorme, por darme cuenta de muchas cosas que me sucedieron en la infancia y adolescencia, que yo había naturalizado para poder sobrevivir. Durante este período me enfermé enormemente física y mentalmente – pensé que, o moriría, o enloquecería – y comencé de inmediato un largo proceso terapéutico. Me hice terapia psicológica durante 6 años sin parar, con 3 psicólogos diferentes (no al mismo tiempo, jaja). Estoy muy agradecida de ellos, especialmente de 2 de las psicólogas que me ayudaron. En esta entrada me referiré a la Psicoterapia Positiva (no confundir con la Psicología Positiva), procedimiento psicoterapéutico desarrollado por Nossrat Peseschkian, médico iraní-alemán especializado en neurología, psiquiatría y psicoterapia. Esta terapia fue la que me ayudó a amar incondicionalmente a mi niña interna.

Comencé a tener conversaciones con mi niña interior en las sesiones de terapia con la ayuda de la psicóloga. Al principio lo hacíamos de manera escrita, teniendo conversaciones en papel o una pizarra. Luego comencé a hacerlo en mi casa, con esta misma técnica de forma escrita, pero también con visualizaciones de conversaciones con ella en mi mente. Al principio, mi niña interna no me creía, no confiaba en mí. Además, mi parte adulta no lograba sentir un amor completo por ella. Pero era una niña muy buena, y con veracidad e intención pura, comencé a establecer una conexión consciente con ella. Pensé que, yo sería quien le diera lo que ella necesitaba, la protegería y disfrutaría de la vida con ella. Al poco tiempo, el amor por mi niña interior comenzó a crecer de una manera increíble. Y ella se sentía aceptada y amada por mí. Comencé a tener unos cambios extraordinarios en mi vida. Obviamente, no fue sólo por la terapia, hubieron otros factores, como mi Fe en la Esencia Creadora del universo (con mayúsculas!), el apoyo de mi familia, mis amigas, la música (la creación de mi primer EP), el hacer servicio de educación con niños, jóvenes y adultos, etc.

A los pocos meses de haber comenzado a ver y escuchar a mi niña interior, comencé a sentir un amor incondicional por ella. Es así, la amo incondicionalmente. Estoy entrando en los 40’s y soy una adulta emocionalmente madura. Me amo y me respeto, y no necesito la aprobación de los demás, así como tampoco me afecta su desaprobación. No necesito ser perfecta y estoy bien con eso, porque tal como soy, soy suficiente. No soy lo que me ha sucedido, soy algo más. Y lo bonito es que, como estoy más completa, no necesito enfocarme en mí ni en mi pasado. Mi servicio hacia los demás se ha hecho más fuerte. Aún me cuesta expresarme – por eso la creación de este blog – y quiero seguir avanzando en el camino de la sanación. Todo esto lo sé, gracias a que amo a mi niña interna, la escucho, la veo, entonces ella no necesita estar en control todo el tiempo, confía en que la Paula adulta puede hacerlo.

¿Cuál es la manera en que has podido conectarte con tu niño/a interior? ¿Sientes que te ha ayudado? Te invito a buscar la forma, quizás escribirle una carta o imaginarte en la casa de tu infancia teniendo una conversación, haciéndole preguntas… te aseguro que quiere que le escuches y le des lo que necesita.

…Y agradezco otra vez, pues sé que yo no soy lo que me ha sucedido, todos somos mucho más…

“Algo Más”
Blog

2 Replies to “La amada niña interior”

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.