Canto desde que tengo memoria. Mi madre y mi hermano solían contarme relatos sobre mis creaciones musicales cuando era pequeña (yo no lo recuerdo). A los 5 años, cuando nadie me veía, me miraba al espejo y cantaba “en silencio”, con un micrófono imaginario. Recuerdo una vez que estaba cantando así y me di cuenta a través del espejo de que toda mi familia me estaba mirando escondida riendo en silencio. Me dio tanta vergüenza que me fui corriendo! Me da gusto recordar esa vivencia, me hace sonreír.
A medida que iba creciendo y a consecuencia de venir a la existencia en una familia disfuncional, tuve mucho trauma, y poco a poco me fui acostumbrando a estar siempre en silencio, muy callada. ¿Para qué iba a hablar si nadie escucharía mi verdad, y para qué me iba a mostrar si nadie me vería por quién realmente era? Así que – mientras perdía mi identidad – decidí convertirme en una con la invisibilidad.
Sin embargo el deseo ardiente de cantar seguía en mi. Una vez mi abuelita Matilde me dijo que tenía “buena voz para la ópera” y que debería estudiar eso “cuando grande”. A los 13 años mi mamá me preguntó si quería aprender a estudiar guitarra y le dije que sí. Estudié por un par de meses y lo amé. Practiqué mucho con la guitarra, tocaba folklore chileno y latinoamericano (a un nivel muy muy básico).
[*Nota: Esta entrada se refiere sólo a la música, pero hacer arte en general también sana. Una ex compañera de colegio me recordó la semana pasada (a raíz de que leyó algunas entradas de este blog), que a los 14 años yo tenía un cuaderno lleno con mis poemas, cuentos, dibujos, guiones, letras de canciones, etc. Eso me trajo demasiados recuerdos! Era mi más grande tesoro y lloré mucho cuando no me lo devolvió la persona a quien se lo había prestado. En resumen, hacer otras formas de arte también sana.]
A los 16 años tenía mis canciones propias, que eran algo así como “punk rock”. Con una amiga hicimos una banda en el colegio. Teníamos 3 o 4 canciones. Yo era muy rockera, usaba el uniforme del colegio con bototos negros y era super encerrada en mí misma, porque sufría mucho. Era bienintencionada pero no me abría a nadie. Nadie sabía del dolor en el que me encontraba. Entonces, hacer rock y sus derivados me ayudaron mucho a sacar las emociones atrapadas.
Estudié Licenciatura en Música mención Canto Lírico y Piano (con el impulso de mi mamá, ya que debía viajar como 2000 kilómetros para hacerlo y no me atrevía a dar ese paso, pero ella me apoyó e incentivó). Sufrí mucho los primeros años en Santiago! Pero el primer año, mientras cantaba ópera y aprendía de grandes maestras del canto – como Sylvia Soublette (quien era también una gran compositora), Violaine Soublette y Jeanette Pérez – co-fundé una banda de rock pesado. Eran mis dos caras: Estudiante de Música Clásica de día y cantante de rock de noche, jajaja. Aprendí mucho en la Universidad y grabé un par de discos con la banda (los cuales sentí que eran mis hijos).
Como siempre me gustó escribir letras y crear historias, tenía muchas poesías y escritos por aquí y por allá. Comencé a crear melodías vocales siguiendo los acordes de la música, al principio ejecutada sólo por la guitarra, y un par de años después por la banda completa. Surgieron canciones de manera muy sencilla y profunda. La creación y la co-creación me sanaron, ya que me permitieron expresar de manera externa mi realidad interior. Pude sacar de adentro muchas cosas y ser escuchada. Mis compañeros eran todos mayores que yo y respetaban mucho mi talento, capacidad de creación y mi ser en general, y eso le ayudó a mi autoestima. La banda fue mi familia, apoyo y consuelo. Y una fuente inagotable de aventuras. Hace un mes tuvimos una reunión de reencuentro y fue mágico.
Luego de varios años seguimos nuestros caminos por separado. Seguí creando y enseñando música. Qué hermoso es descubrir el amor por enseñar! Me encanta hacer clases. Pero… trabajaba demasiado y creaba cada vez menos y menos. Trabajaba en dos Escuelas de Música. Además estudiaba Pilates y trabajaba en eso también. Y cantaba en eventos.
Tuve el gran honor de grabar un disco con grandes músicos de rock progresivo chileno y británico, y me convertí en cantante de sesión para esa banda. Pasaron algunos años y luego de vivir un shock emocional muy fuerte, comencé a sentir la gran necesidad de volver a hacer música propia. Agradezco enormemente que existe la música. Me demoré mucho en decidir si quería hacer una banda o ser solista; me daba miedo ser solista: Pensaba que sería vista como una diva o como una persona egocéntrica (en esa época me importaba bastante la opinión de los demás). Pero la música era tan personal que decidí sacarla bajo mi nombre. Y grabé mi primer EP “9“. Luego vino “Luz“, que fue masterizado por un músico y productor de una banda holandesa que años antes me había acompañado en el hospital, pues los escuchaba todos los días cuando tuve cáncer. Después volví a estudiar, esta vez Intérprete en Jazz y Música Popular. Me gradué y luego trabajé con un gran amigo y lanzamos “Cicatriz“, con un video musical! (y grandes músicos), y “Algo Más” también con su video musical! (junto a Bárbara Hernández nadando en aguas gélidas!), y se viene más trabajo musical en conjunto! Además, acabo de hacer mi primera colaboración musical en Estados Unidos. Qué emoción! :O
El crear, hacer música, darle vida a lo que antes no existía con un propósito elevado, es hermoso. Enciende un fuego interior que nada puede apagar (sólo dejar de crear lo lograría). Me ayudó a curar viejas heridas, conectar con los demás y ayudarles en su camino de sanación. Las experiencias de conexión son bellísimas y oírlas me causó gran felicidad, algunas veces me emocioné hasta las lágrimas por saber lo que mi voz causó en algunas personas, inesperadamente.

Cualquiera sea tu pasión, sea musical o no, sea artística o no, hazla! Eso te sanará. Sentirás que tu espíritu se alimenta, se encenderá un fuego en ti y podrás compartirlo e inspirar a otros. No pierdas tu oportunidad, lleva a cabo tu propósito! Si no sabes cual es, te invito a meditar y explorar esto con tu ser interior, conócete mejor, el proceso de introspección y reflexión en esta área te llevará a una vida más plena, no tengas miedo de brillar.